¿Qué hago si mis relaciones viven el COVID de manera diferente a mí?

Wemby
4 min readFeb 1, 2021

Ante la pandemia causada por el COVID, las personas ponemos en marcha distintas estrategias de afrontamiento en función de nuestros aprendizajes previos, nuestros recursos personales, genética hormonal, etapa evolutiva, presencia de trastornos mentales y físicos añadidos, etc.

Al alargarse en el tiempo esta situación de emergencia sanitaria, podemos transitar distintas estrategias de afrontamiento y pasar por distintas fases (“afrontamiento dinámico”) o bien, tener un estilo de afrontamiento más estático.

Algunas de las estrategias de afrontamiento a la situación social actual son:

Negacionista

No consideran que la existencia del virus y sus consecuencias existan o al menos sean tan graves.

Bloqueo

Aquellas personas que se quedan inmovilizadas en casa, sin moverse, restringen al máximo el contacto social y las salidas al exterior.

Lucha

Hacemos y pensamos muchas cosas para estar prevenidos frente al virus, leemos muchas noticias, nos mantenemos muy informados, tomamos suplementos alimenticios para subir las defensas, llevamos muchas mascarillas y gel hidroalcohólico, cuidamos la higiene de manera excesiva, acaparamos productos de limpieza y alimentación, etc.

Adaptación gradual al contexto

Se mantienen en un punto medio, siguiendo las recomendaciones sanitarias con prudencia, procuran mantenerse informados pero no sobre informados, tratan de adaptarse lo que va sucediendo con prudencia pero también procurando mantener su cotidianidad, reducen pero no eliminan el contacto social, y tienen interés por la situación actual pero también por otros asuntos.

En el caso en el que las personas con las que más vínculo tenemos en el día a día, tengan estrategias de afrontamiento diferentes a las nuestras, pueden darse conflictos y resentirse nuestras relaciones, lo que añade estrés a nuestro sistema nervioso. Somos seres sociales y nuestra red de amigos, familia, pareja, compañeros de trabajo, vecinos, etc. es muy valiosa y vital para conservar nuestro bienestar integral.

Algunas recomendaciones que facilitan la convivencia y relación con nuestro círculo más íntimo y que ahora mismo no comparten nuestro mismo estilo de afrontamiento a la situación son:

Hazte la siguiente pregunta interna: ¿eliges estar en paz o tener razón?

Muchas veces pretendemos imponer a los demás nuestra perspectiva olvidando que las personas tienen libertad de pensamiento. Si nos piden nuestra opinión, por supuesto, podemos expresarla respetando nuestra propia visión y la de los demás.

Respetar la diversidad de opiniones

Conlleva reconocer con humildad que nunca podemos saber absolutamente todo de un asunto y que todas las opiniones, incluso la nuestra, son totalmente subjetivas.

Poner el foco en lo que nos une en vez de en lo que nos separa.

Quizás en esta situación concreta tu amigo o familiar o pareja opine de manera distinta a ti, pero seguro que tenéis muchas más cosas en común si abres tu mente y pones tu atención en vuestros gustos afines, vuestros valores conjuntos, etc. quizás es momento de sacar a relucir vuestros grupos de música favoritos, aficiones comunes, gustos afines en vez de sólo hablar de la opinión puntual que ahora mismo no compartís.

Aprende de cada interacción ¿qué puedes aprender de tener distintos puntos de vista que los demás?

Quizás puedas aprender a llegar a acuerdos, a relacionarte con lo que no controlas, escuchar en silencio, no juzgar, cultivar la paciencia,etc. aprendizajes muy valiosos que enriquecen tu desarrollo y evolución personal.

Escucharte a ti mismo y serte leal.

Es buen momento, para pararnos a reflexionar con nosotros mismos qué estamos descubriendo de nosotros, de los demás, de la vida, etc. y sacar nuestras propias conclusiones, escuchando a los demás, con una mirada curiosa hacia fuera pero hacia dentro, descubrirnos a nosotros mismos cómo queremos vivir esta situación para aumentar tu auto conocimiento y respetar nuestro sentir actual.

Mantener al día nuestro autocuidado

Meditar, tener higiene del sueño, tener una alimentación rica y variada o hacer ejercicio físico para estar serenos ante los conflictos, sin caer en la impulsividad y el desánimo que traen la falta de descanso, de actividad física y una alimentación basada en procesados.

Apoyar a alguien no significa hacernos cargo de los problemas de esa persona.

Podemos escuchar, recomendar, prestar la ayuda que podamos siempre y cuando el otro esté dispuesto a recibirla, sin hacernos cargo de los demás. A veces la mayor ayuda que podemos brindar al otro es recordarle su dignidad y su capacidad para afrontar lo que la vida le esté trayendo ahora.

Aceptar y querer a una persona no significa estar de acuerdo con todo lo que esa persona piensa o dice o hace.

Puedes aceptar y respetar al otro y a la vez no estar de acuerdo con algunas de sus acciones u opiniones. Igualmente, aceptar al otro y respetarle no implica tener que verle, sino que se trata de conservar en paz en tu mente la historia con esa persona.

Cuidar la calidad de comunicación

De lo que pensamos a lo que realmente decimos pasando por lo que el otro interpreta a veces hay una distancia muy larga, así que es recomendable cuidar la calidad de la comunicación, practicando la escucha activa, verificando que lo que hemos entendido es lo que el otro quería decir, pidiendo aclaraciones y haciendo uso de la asertividad (me respeto y te respeto).

Así como convivir con la diversidad de religiones, culturas, cuerpos, géneros, etc. nos enriquece como personas, también aprender a convivir con las distintas estrategias de afrontamiento de los demás es una gran oportunidad para abrir nuestra mente y aumentar nuestra consciencia.

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