Me río cuando no debo, ¿qué puedo hacer?

Wemby
3 min readMar 27, 2021

¿Cuantas veces te ha pasado que estás discutiendo sobre un tema serio con tu pareja, te sientes molesto/a o incluso enfadado/a, pero de repente no puedes reprimir la risa?

O cuando en un funeral una persona está leyendo un panegírico, y en ese momento de gran carga emocional… alguien comienza a reírse.

Reírse en momentos inadecuados puede ser realmente embarazoso, pero tranquilo/a, es una reacción natural que se da en momentos con altos niveles de estrés.

¿Por qué sucede esto?

La risa produce endorfinas las cuales son las hormonas responsables de la sensación de bienestar y felicidad, además reducen la respuesta del estrés, de esta forma el cuerpo libera la tensión acumulada del momento.

Consejos para reconducir las ganas de reír.

Si quieres parar las ganas de reír, pero te resulta un impulso irrefrenable, que puede llegar a interferir en tu día a día, vamos a ver unos sencillos consejos a continuación que pueden ser de mucha utilidad:

Lo primero has de tener en cuenta que en esos momentos que estás bastante alterado/a, cuanto más tratas de luchar por no reírte, más van a aumentar las ganas, ya que en vez de “apaciguar las aguas” lo que generamos es un aumento de tensión, que actúa como una olla exprés, contienes la risa hasta que la presión es insostenible y finalmente, sale sin control alguno.

Por ello, una regla de oro a tener presente es, llevar el foco de atención a otros puntos que no sean el tema en cuestión.

  1. Mediante distracciones, por ejemplo, respira lenta y profundamente mientras observas los diferentes colores que hay en la sala en la que estás. Probablemente repararás en detalles que inicialmente se te habían pasado por alto.
  2. Cuenta hacia atrás desde 50, o incluso si quieres aumentar la complejidad hasta 100, ¡lo dejo a tu elección!
  3. Repite mentalmente la lista de la compra, no solo te hará pensar en otra cosa, sino que te permitirá adelantar una tarea pendiente. ¡Más eficiente no se puede ser!
  4. Sal de la situación, y respira de forma lenta y profunda para permitir que todo ese estrés acumulado disminuya de nivel. Pero no te olvides de que, una vez reducido el nivel de intensidad, debes volver a la situación. Toma una nota mental para reírte más tarde cuando no hay una vía de escape real posible. Supongamos que estás en una reunión y te entra la “risa floja” utiliza tu imaginación para escribir en un post-it mental, “cuando termine me tomare mi tiempo para reírme todo lo que necesite…y más”.
  5. Ni que decir tiene, que es importante hablar con la persona que ha podido sentirse ofendida, aunque no hay excusa posible que salve una situación tan comprometida, si es necesario que sepa que ha sido una conducta no intencionada.

En definitiva, reírse es uno de esos elementos que dan “sabor a la vida” el problema está en cuando la risa aparece de forma inoportuna y, probablemente se dé justo por eso “A veces queremos reír cuando
sabemos que no debemos”

Pero no olvides que después de reprimirte, debes reírte, ya que es un ejercicio muy saludable para nuestro bienestar físico y psicológico. Date permiso para reír todo lo que quieras pues “La risa es un gran tranquilizante sin efectos secundarios”.

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