10 Tips para gestionar y prevenir la fatiga pandémica

Wemby
5 min readFeb 17, 2021

¿Estás harto de estar pendiente de la actualización de la normativa frente al
COVID?

¿Te agobia la “rutina” que has adoptado frente a la pandemia?

¿Te has sentido desesperanzado, con ansiedad, y frustrado de manera habitual en los últimos meses?

Si es así, quizás estás sintiendo lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha denominado “fatiga pandémica” para referirse a la reacción psicológica ante las prolongadas medidas y restricciones generadas por la pandemia por Covid-19.

Lo que venimos observando en esta fase de la pandemia es que se está generando un agotamiento generalizado que deriva en que se descuiden las medidas sanitarias reglamentarias, se produzca dejadez, agotamiento y desesperanza, debido a la tensión y estrés sostenido en el tiempo, los cambios continuos en las normativas y el alargamiento de la situación sin fecha prevista de finalización. Esta situación de estrés y tensión emocional debilita nuestro sistema inmune, cuando justamente es clave que lo cuidemos y mantengamos activo.

Si te sientes identificado con alguno de estos síntomas, no te alarmes, es natural y totalmente comprensible que te suceda, dadas las circunstancias a las que estamos expuestos de manera continuada. Es importante reconocer nuestros sentimientos y no agotarnos aún más tratando de negarlos o esconderlos. Si sientes que no sabes manejar todas estas emociones, puedes apoyarte en tu red de amigos y familiares para compartir lo que te sucede y consultar a un profesional de la salud mental que te acompañe en este proceso aprendiendo pautas de autocuidado, gestión de estrés y maneras de canalizar tus emociones sin producir somatizaciones ni sufrimiento.

Desde Wemby, te compartimos 10 recomendaciones prácticas que puedes incorporar en tu día a día para prevenir y hacer frente a la fatiga pandémica:

1. Limita la cantidad y cuida la calidad de la información que consumes en los medios de comunicación.

Una cosa es estar informado y otra muy distinta, estar sobreinformado/a de noticias no contrastadas o repetitivas.

Aquí puedes aplicar el principio de la virtud del punto medio de Aristóteles, pues para tu adaptación a la vida cotidiana, has de conocer mínimamente la actualización de las normas y la situación de tu entorno, al menos, del más cercano, eso te ayudará a tener referencias y saber a qué atenerte.

2. Date el permiso de sentirte cómo sea que te sientas en cada momento.

Respeta tu sentir, sin juzgarte y sin exigirte. Es momento de conectar con la amabilidad y de la ternura con nosotros mismos.

3. Expresa a tus allegados cómo te encuentras

Esto ayudará a tu ventilación emocional, y ayudará a tu red social a cooperar juntos. Te darás cuenta de que a todos/as nos suelen pasar o nos pasarán cosas parecidas. Apoyarnos y escucharnos los unos a los otros, nos aportará seguridad y calma.

¡Ojo! No retroalimentes dramas.

Una cosa es compartir nuestra opinión y nuestras emociones y otra muy distinta es hacerte cargo de solucionar la vida a los demás o pretender inculcar a los demás tus perspectivas. Eso te va a agotar y a frustrar aún más.

4. “La libertad no es lo que haces, sino lo que haces con lo que te hacen”

Esta frase de Jen Paul Sastre señala la importancia de no dilapidar tu energía con la queja, tratando de modificar la realidad que no está en tu mano. Pon el foco en cuidar cómo te relacionas con lo que sucede.

5. Cuida la información que consumes especialmente antes de dormir y al despertarte

Nuestra mente inconsciente está más activa justo antes de dormir y justo al despertarnos, por lo que cuida especialmente qué información permites recibir y pensar en esos momentos especialmente.

Utiliza esos instantes para reflexionar y sentir el agradecimiento por todo lo que sí que hay en tu vida (una cama donde dormir, una ducha, alimentos, amistades, sol, naturaleza a tu alcance son solo mirar al cielo, ropa con la que vestirte, pulmones para respirar, música…) y te embriagará la infinitud del agradecimiento y tu sistema inmune podrá dejarse de preocupar de profecías y ocuparse de lo real.

6. Cuida tu sistema inmune a través de una alimentación rica, variada y de calidad

Tu alimentación es la “gasolina” diaria por lo que cuidarla es de vital importancia. Trata de dar un paseo diario y hacer una actividad física que te sea agradable. Este es un buen momento para retomar tus aficiones, renovarlas o incluso, descubrir nuevos hobbies.

7. Escribe, pinta, reflexiona en un cuaderno o diario sobre cómo van cambiando tus emociones y pensamientos.

Te darás cuenta así de que todo está en continuo cambio y proceso y que esto también pasará. Anota en ese mismo cuaderno, tu listado de agradecimiento y ve añadiendo cada día más y más cosas por las que realmente te das cuenta de que te sientes agradecido. Encontrarás que no tiene sentido perder el tiempo en quejarse, teniendo todo ese listado de bendiciones que disfrutar.

8. Disfruta de los pequeños placeres de la vida a tu alcance

Ya sea una ducha con un jabón que te guste, una crema con un olor que te embriague, sentir el sol y el viento en tu piel, saborear una fruta, etc. No es momento de grandes eventos, si no de aprender a disfrutar de lo sencillo.

9. Piensa en los para qués

En vez de cuestionarte los por qués de lo que sucede, céntrate en el para qué está sucediendo esto y descubrirás un montón de aprendizajes vitales para tu evolución y aprendizaje. Quizás gracias a la pandemia, estás aprendiendo a cuidar más tu alimentación, a valorar más a tus amistades, a aprender a gestionar tus pensamientos, a meditar, a ser más solidario/a, a actualizarte en el uso de nuevas tecnologías…

No duele para que sufras, duele para que cambies.

Nos encontramos ahora con el desafío de aprender a vivir día a día de sostenerte a ti mismo en paz con lo que va sucediendo, aunque ahora no lo comprendamos o no nos guste, o no vaya al ritmo que queremos.

La pandemia no es la protagonista.
El o la protagonista de esta historia, eres Tú.
¿Aceptas el reto?

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